En el año 2008 comenzamos a imprimir nuestros primeros biomodelos. Comenzamos con impresoras de escritorio con sistemas extrusores. En ese tiempo la resolución era de 300 micrones por cada capa y una mandíbula podía tardar unas 10 horas en estar lista. Actualmente nuestras impresoras láser y de luz UV logran resoluciones de 10 micrones y tardan 2 horas.
La fotografía muestra la presentación de ingreso como socio activo de la Sociedad de Cirugía y Traumatología Bucal y Maxilofacial de Chile. En esa ocasión mostramos las primeras reconstrucciones mandibulares diseñadas e impresas en Chile. Utilizaba un software que en forma manual capa a capa ajustaba los cortes de la reconstrucción.
En 10 años Chile ya tiene esta tecnología totalmente incorporada como herramienta complementaria y como gold estándar en muchas patologías.
¿Que ha cambiado en 10 años?
Acceso. Actualmente está al alcance de cualquier profesional y paciente.
Costos. Actualmente los valores son cercanos a la décima parte
Tiempos. Actualmente uno puede tener un modelo de un día para otro. Antes podía tardar una semana todo el proceso.
Precisión. Actualmente las impresiones logran definiciones cercanas a los 10 o 20 micrones, antes entre 100 y 300 micrones.
Gran cantidad de materiales de impresión. Antes solamente uno o dos materiales, actualmente podemos utilizar materiales flexibles, calcinables, transparentes, de distintos colores.
Sistemas de manejo de archivos médicos de acceso abierto para preparar los archivos y diseñar el biomodelo.
La tecnología cada vez es más simple y las impresiones 3d pronto estarán tan al alcance como una impresión a color por una Epson en el escritorio de nuestra casa.
Somos partes del mundo digital, no es posible apartarnos. Debemos entregarlo a nuestros pacientes, no como un valor agregado, al contrario, como un derecho a optar por tratamiento más indicado.
Dr. Antonio Marino
Cirujano Maxilofacial
Especialista Universidad de Chile
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